Santurbán
- Miranda Bejarano Salazar
- 4 oct 2020
- 3 Min. de lectura
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Hablar del páramo de Santurbán es como abrir una lata plagada de gusanos. El resonante nombre del ecosistema nos acompaña desde hace varios años en los titulares del noticiero. No en vano, el tema de la minería en esta zona, ha sido debatido por casi 10 años, casi lo mismo que El Caso Colmenares. Esta semana, escuché a Briggitte Baptiste en Blu Radio declarar que ella, a diferencia de los ambientalistas, apoyaba el proyecto Soto Norte, de la empresa Minesa, en el tan nombrado páramo. Tras escuchar esto, me sorprendí un poco pero me impulsó a indagar un poco más sobre el tema.
Sin ánimo de reparar en la polémica de esta declaración, de esto ya se encargarán los medios, es importante revisar esta opinión, poco popular, junto el resto de los argumentos. Para empezar, hay que entender que el páramo de Santurbán, como los otros 36 del país, han pasado por varios procesos de delimitación para que de esta manera se puedan proteger y restringir actividades como la minería o la agricultura. El proyecto minero en cuestión, si se aprueba, se encontraría ubicado en la parte inferior a esta delimitación, donde se considera bosque altoandino, no páramo.
En 2014, la Corte Constitucional tumbó la delimitación inicial del páramo y la que ahora se propone no pinta nada bien. Los defensores del páramo argumentan que esta nueva propuesta de delimitación presenta inconsistencias técnicas, no tiene en cuenta el área de transición de páramo a bosque, ni las dinámicas sociales que se tejen en los territorios y que, prácticamente, dejaron intacta la zona destinada para el proyecto de Minesa. Como si fuera poco, no se ofrecen garantías para la conservación del Páramo, dejando expresiones muy ambiguas, sin fechas, presupuestos o dolientes.
Los páramos, ubicados en elevaciones entre los 2.000 y 5.000 metros de altura, recogen la humedad y lluvia del ambiente contribuyendo significativamente a las cuencas hídricas que abastecen a las poblaciones aledañas. Colombia, debido a su particular geografía, posee la mitad de la superficie de páramos a nivel mundial y la mayoría se encuentran amenazados por actividades humanas. En el caso de Santurbán, la minería y la agricultura ya se encontraban presentes desde antes de que Minesa le echara el ojo, pero, proyectos como Soto Norte, tienen un impacto a mayor escala y es concebida como una obra de megaminería ya que abarcaría aproximadamente 162 hectáreas.
El ministerio de Minas defiende que el proyecto, en los 24 años para los que ha sido planteado, traerá consigo la reactivación económica, que según Minesa, le dejaría al país 7.5 billones en regalías y 4.000 empleos. Además, la ex directora del Instituto Von Humboldt aporta a la discusión argumentando la falta de rigurosidad en los estudios para estar seguros de que las intervenciones en la zona tendrán efecto en el agua que abastece la ciudad de Bucaramanga y poblaciones aledañas. Aún si los estudios hidrogeológicos, realizados por la Alcaldía de Bucaramanga y autoridades competentes, comprueban que efectivamente hay conexión entre los acuíferos que abastecen al acueducto de la ciudad.
En clase de ecología, se nos enseña sobre la compleja conexión entre los ecosistemas. Esta imbricación de biomas implica que una delimitación no sea garantía de que tanto el páramo como los acuíferos no se vean alterados. Además, las rigurosas publicaciones del Instituto Humboldt, bajo la dirección de Baptiste, en las que se les da una “Visión Socioecosistémica” a los páramos, se explica cómo se reduce el caudal hídrico en páramos intervenidos por la minería en especial la del oro, entre otros efectos. De hecho, el argumento dado sobre la escasez en estudios hídricos es de por sí un hecho del cual deberíamos preocuparnos, sin estos, ¿cómo se espera hacer una mina de tal magnitud? En la historia de este páramo hay tantos baches como intereses que entorpecen y alargan la resolución de este conflicto. Ojalá que el próximo titular cuente una historia distinta sobre el polémico proyecto.
*En el proceso de edición y publicación de esta columna, se publicó la noticia en la que se anuncia que el proyecto en inmediaciones al páramo de Santurbán ha sido archivado por La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales ANLA.
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