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Ladrillos de vida

  • Foto del escritor: Miranda Bejarano Salazar
    Miranda Bejarano Salazar
  • 25 jul 2021
  • 2 Min. de lectura

Visita la publicación original en Columnas La ChontaDuro aquí


A partir del pasado jueves 22 de julio la historia de la ciencia ha cambiado. Se trata del último anuncio hecho por la empresa DeepMind, en donde, por medio de inteligencia artificial, se han podido obtener modelos en 3D de todas las proteínas que componen el cuerpo humano y unos cientos de miles de proteínas de los organismos más estudiados. El programa creado para este fin se llama AlphaFold y es capaz de leer una secuencia de aminoácidos y predecir la estructura de la proteína que se obtendrá a partir de éste con un 58% de precisión.


Las proteínas son las bases estructurales de todo organismo. No me refiero a la prote, que viene en esos recipientes escandalosamente gigantes que consumen los fit para su musculatura. Hablo de aquellas moléculas que, laboriosamente, son creadas a partir de cada célula que constituye un ser vivo. Las proteínas, se componen de aminoácidos que a su vez son codificados del ARNm de cada célula y están implicadas en todas las actividades que debe cumplir el organismo: desde darle una estructura, hasta el transporte de oxígeno.


Así como las proteínas son vitales para nuestra existencia, también han representado todo un reto para las ciencias de la salud. Cuando hay mutaciones y por lo tanto, un mal plegamiento en las proteínas, surgen enfermedades degenerativas como la diabetes, el alzheimer, parkinson y un sinfín de dolencias sin diagnóstico. Además en agentes malignos, como los virus, cuyo modus operandi se basa en estructuras proteicas, como la proteína espiga de la membrana del Covid-19 que le confiere su popularidad entre la especie humana.


Entonces la pregunta de todo esto es: ¿este anuncio de los modelos de AlphaFold en qué nos afecta? Imagine una escena en la cual usted, a pesar de tener buenas herramientas, debe defenderse de un enemigo a oscuras: no sabe cómo ni por dónde será su propio ataque. Durante mucho tiempo hemos ido vislumbrando y mejorado la técnica de enfrentar aquellas enfermedades enemigas, pero conocer la estructura de sus proteínas, es como prender una luz, verle la cara y armamento a su enemigo, y así saber esquivar su ataque. Como lo cuenta el MIT Technology Review, muchos fármacos se producen a partir de simulaciones de proteínas para que estos encajen en las proteínas objetivo, como un rompecabezas.


Descubrir una proteína, antes de AlphaFold, era una tarea titánica que requería meses incluso años, además de recursos. Mientras que el programa, por medio de machine learning puede hacerlo en cuestión de minutos y con el mismo grado de precisión que los métodos tradicionales. Además, al ser una base de datos pública, está al alcance de todos los investigadores a nivel mundial, ayudándoles a acelerar sus estudios.


A pesar de que varias de las predicciones no han sido comprobadas en un laboratorio y no gozan de un 100% de precisión, la herramienta que se ha puesto al servicio de todos es lo suficientemente útil para contribuir a la generación de nuevos y mejores fármacos y tratamientos. Pone en evidencia la sinergia entre varios campos del saber y propone una herramienta útil al servicio de la humanidad: la inteligencia artificial.


 
 
 

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